35- Una opción para purificar la mente es enfocarse en los aspectos
refinados de los sentidos.
Otra forma
para purificar la mente es la refinación de las capacidades sensoriales.
La capacidad de
percepción de los seres humanos es maravillosa. Estamos dotados de órganos de
alta sensibilidad, pero apenas usamos una parte de sus potenciales. Podemos desarrollar
la percepción prestando atención a cada uno de los órganos sensoriales y
jugando con la observación de los objetos desde distintos puntos de vista.
Entre los aspectos a considerar en la refinación de los sentidos están los
siguientes:
- Jugar con los rangos de percepción
con la idea de ampliarlos. Es natural que en los extremos de los fenómenos
se de lugar a zonas de transición especializadas, cuya exploración da mayor conciencia mental.
- Trabajar en forma lenta y tranquila
la percepción, para captar aspectos que no se aprecian con el afán y cuya
presencia da lugar a enriquecer la conciencia de las cosas y de la belleza
que nos rodea. Comer saboreando, más que atragantarse; mirar con
detenimiento, viendo detalles, formas, colores y matices, en vez de mirar
con indiferencia; tocar con amor, calma, gusto, sutileza, en vez de evitar
el contacto a base de dar golpes o alejarse; oír con atención y cariño,
dejándose encantar por los sonidos de las cosas y de las personas, en vez
de gritar y voltear la cara con menosprecio; sentir los olores y
distinguirlos, en vez de rechazarlos o ignorarlos.
- Detectar las zonas finas y variadas
de los sentidos. Enfocarse en los órganos como tales, hacerse amigo de la
piel, de los ojos, de los oídos, de la nariz, de la lengua, prestar
atención conciente a los órganos.
- Cuidar los órganos sensoriales,
protegiéndolos de los extremos, dándoles masajes, hablándoles,
limpiándolos, usándolos para el servicio, para el aprecio, para la
cultura, para el arte, para la amistad.
- Explorando los aspectos imaginativos,
intuitivos y creativos de los sentidos. Ver las cosas ocultas y
misteriosas; oír las voces internas; gustar de la vida; tocar al otro con
nuestra compasión y escucha; sentir la esencia de las cosas.
La práctica de la
percepción en forma refinada despierta las potencias superiores de los sentidos
y abre las posibilidades de una conciencia más cósmica y universal. El mundo se
ve lleno de brillo, formas y colores. Lo vemos con mirada de artista.
Conciencia Cósmica
Te observo sin
afanes, enriquecidas de colores
esas tus líneas
variadas que recorro cuidadoso
mientras mis manos
se deslizan por tu cuerpo, apenas sin tocarlo.
Te gusto explorando
tu universo de sabores
descubriendo en
cada intento un alimento dulce y muy gustoso
mientras escucho
suavemente la música que entonas y tu canto.
Me adentro en ti,
embriagado de aromas y de olores
en esas
profundidades insondables de tu mundo bello y misterioso,
mientras mi mente
se deja arrullar al amor de tus cuidados.
Meditación con los sentidos
Desarrolla tu
conciencia cósmica saboreando cada bocado en forma deliciosa hasta descubrir el
sabor escondido en cada cosa.
Desarrolla tu
conciencia esencial paseando por un jardín, seleccionando cada flor, aspirando
sus olores hasta convertirlos en esencias y en amores.
Desarrolla tu oído
universal, quedándote quieto y reposado en una noche estrellada, oyendo los
sonidos del espacio sideral.
Desarrolla la
conciencia amorosa de tu ser, tocando sin tocar, recorriendo sutilmente los
contornos hasta que te maravillen los alcances de tu piel.
Desarrolla los ojos
del alma, observando las luces y las sombras, el brillo, las pulsaciones y las
formas, hasta que veas a Dios en cada cosa.
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