26 de agosto de 2018

TEMAS DE CONTEMPLACIÓN CREATIVA


32- Para evitar las distracciones debemos habituarnos a la búsqueda de la verdad esencial



Cuando nos enfocamos en la búsqueda de lo esencial, los accidentes pierden importancia y la mente se centra.

Los objetos tienen aspectos centrales y aspectos accidentales. Podemos desarrollar hábitos de enfoque y aprender a observar las cosas como son, sin dejarse distraer por los juicios y por las etiquetas, por las opiniones y por los aspectos reactivos. No hay que mirar esto como un estado permanente de funcionamiento, sino más bien como una práctica de enfoque que va transformando sutilmente la conciencia y las ideas, de manera que adquiramos sabiduría para observar y para interactuar con la realidad. No se trata de una búsqueda de tipo ideológico, la de la verdad única y suprema, sino más bien de una búsqueda respetuosa de la verdad más profunda y esencial que existe en los objetos y que no alcanzamos a apreciar por causa de las distracciones y de las tendencias a centrarse en las reacciones que el objeto causa en nosotros y no en el objeto tal como es.

Para centrarse en la verdad del objeto, podríamos sentir la realidad del objeto, sintiéndonos como el objeto mismo, es decir, enfocándose en sus aspectos básicos, en su esencia. En ese juego mental de imaginarse que somos el objeto, van apareciendo las opiniones y los accidentes, los sentimos importantes y reales y a medida que penetramos en el objeto, los vemos como accidentales, como juicios y va surgiendo la verdad del objeto. Este proceso es aplicable a la búsqueda en general, incluyendo la búsqueda de nosotros mismos como objetos a ser descubierto.     

Casi, casi no te encuentro


Escondido entre mis opiniones
casi, casi no te encuentro
pero algo me decía, con amores
ven y busca muy adentro.

Escondido entre mis razones,
casi, casi no te entiendo
pero me atrajiste con canciones
y me embrujaste el pensamiento. 

Agobiado por mis dolores,
casi, casi no te atiendo
pero me pintaste de tus colores
y me iluminé de contento.

Encerrado en mis temores,
casi, casi que te pierdo
pero aquietaste mis temblores
con paciencia y hoy te aprecio.  

Espacios para el otro


Con frecuencia se nos aparece el otro, para mostrarnos su esencia. Como estamos distraídos en nuestras propias perturbaciones, no lo vemos, no lo apreciamos, no descubrimos la verdad esencial que lo ilumina.

Con alguna frecuencia, vale la pena tomar un objeto, persona, idea o situación que se nos aparezca con frecuencia en nuestras vidas y hacernos la pregunta: ¿Qué podemos aprender de ese insistente objeto, qué nos está diciendo esa realidad que se atraviesa en la existencia? Meditemos unos minutos en esta pregunta y aprendamos con cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario